El pasado día 15 de agosto nos dejó el Dr. D.
Jose María Morón Contreras.
Ya no veremos más su característica
silueta transitando las calles del centro de su querida Huelva, con su
sombrero, su caminar paseante, acompañado de su inseparable e incombustible
pipa.
A Jose María te lo encontrabas al volver
cualquier esquina, saludando siempre con semblante de tranquilidad y
sosiego tras una cordial sonrisa.
Médico de Familia que dejó a todos los que le
conocíamos una huella indeleble de su personalidad como profesional amante de
su trabajo, onubense de pro, ejemplo de padre orgulloso de su familia y
defensor firme de sus convicciones y principios.
Es cierto que cuando alguien abandona este
mundo, y más aún cuando este hecho sucede demasiado pronto, existe una
tendencia generalizada a resaltar sus virtudes y olvidar sus defectos en un
gesto como de congraciarse con su recuerdo; sin embargo en el caso de Jose
María y por escasa auto reflexión que se haga, no se puede caer en esto.
Jose María supo llevar como hacía mucho
tiempo que no veía a nadie, pese a que nuestro nos permite ser testigos y da fe
de muchos ejemplos, su larga y penosa enfermedad con una entereza y una
serenidad fuera de lo común.
Comprometido con el organismo colegial, ocupó
el cargo de Secretario de COM de Huelva, en una labor mucho más allá de lo
meramente administrativo o funcional, porque ante todo le “ponía corazón” a
todas sus relaciones. Esa capacidad le permitió afrontar y ayudar con
responsabilidad, cercanía, discreción y servicio a sus compañeros inmersos en
el PAYME.
Se titula como médico en 1987, colegiándose
de inmediato con el nº 21/21/02885.
El 15 de Mayo de 2003, entra a formar parte
de la Junta Directiva del Colegio de Médicos como Vicesecretario, para posteriormente,
en fecha 31 de Mayo de 2007 convertirse en Secretario del mismo, hasta el año
2013.
El 27 de Noviembre de 2013, el Ilustre
Colegio Oficial de Médicos de Huelva le concede la condición de Colegiado
Honorífico, siéndole impuesta la medalla por el actual Presidente, el Dr. Don
Antonio Aguado.
Pero ante todo queremos destacar y recordar
desde estas líneas su humanidad en todos los avatares y circunstancias de la
vida.
Recuerdo su continua preocupación por los
enfermos, primero en el hospital, y más recientemente en Lucena del Puerto, a
los que visitaba muchas veces de forma sorpresiva e inesperada, su admiración
por la entereza de sus pacientes conociendo como conocía sus penalidades, su
valoración de la sabiduría de la honradez por encima de la titulación
académica, su cercanía y apoyo cuando se le necesitaba…y cuando no también.
En este último destino de Lucena, ya era considerado un paisano más.
Tuvimos la fortuna de conocernos desde muy
jóvenes, al inicio de la universidad, compartiendo clases en la facultad de
Sevilla, conviviendo en el mismo Colegio Mayor, incluso durante el servicio
militar en la escala de complemento; siempre fue un tipo genial capaz de sacar
el lado humorístico a los sucesos fueran agradables o no, era capaz de eso.
Firme también en sus creencias, aprovechaba
cualquier oportunidad para refugiarse en sus devociones a Nuestro Padre Jesús
Nazareno y la Virgen del Rocío, de los que gustaba enseñar a rezarles a su
grupito de Catequesis.
Comprometido con su Fe, también dedicaba su
tiempo libre en el trabajo en Cáritas Parroquial sensibilizado por las
situaciones de exclusión social; en definitiva, dejaba huella y muchos dan
testimonio de ello.
Esta profunda convicción hizo que supiera
llevar con entereza y naturalidad su propia enfermedad, solo quería ser tratado
como si no estuviera pasándole nada fuera de lo normal.
Sus compañeros de profesión, sus pacientes,
sus amigos y por supuesto sus allegados, le admiramos, recordándole con cariño
y afecto.
Jose María era por encima de todo una Buena
Persona, ya le echamos de menos.
Dr. ANTONIO PANZUELA SANTIAGO
Médico colegiado.
21/21/03086
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